Liberate de tu cárcel mental con 4 pasos

Por muchos años tuve un miedo muy profundo a ser rechazada. Por lo que me volví la persona que quiere complacer a todos. Aceptaba ayudar con tareas para ayudar a otros, aceptaba ayudar en trabajos que no quería, no daba mi opinión, no comunicaba mis necesidades…. ni conocía mis necesidades. 

Tenía un temor profundo a que las demás personas se dieran cuenta que “había algo malo en mi”. Cuando empecé mi camino de desarrollo personal me dí cuenta que como yo hay muchas mujeres que piensan que hay algo malo con ellas. Comentarios, críticas y reproches de familia, amigos, maestros, sociedad, entrenadores y completos desconocidos crean un sistema de creencias que actúa como un juez, defendiendo la ley. 

Pero en este caso el juez es la versión de ti que otros quieren que seas y la ley son todas las acciones, actitudes, hábitos y diálogo interno que maneja nuestra vida para cumplir la expectativa de otros. Y cuando no cumplimos esas expectativas, sentimos que hay algo malo con nosotras. 

Cuando creemos que hay algo malo con nosotras, hacemos lo imposible para encubrir el secreto de nuestra imperfección. Tememos que si alguien se entera de nuestros defectos nos rechazarán y excluiran. Es un temor real, te des cuenta o no. Entonces, ¿qué hacer? 

Primero, tienes que enumerar tus cualidades y fortalezas. Cuando lo haces por primera vez se siente incómodo y no encuentras ninguna cualidad. Pero con practica encontrarás más cualidades que defectos. 

Segundo, enumera tus necesidades. ¿Qué necesitas para estar bien, para estar feliz? Es un trabajo con una mejor jefa o empezar a estudiar en la U o dejar de estudiar en la U o hacer ejercicio tres veces a la semana. Aprende qué es lo que necesitas así te lo das a ti misma. 

Tercero, observa cómo actúas y cuestionate con curiosidad y compasión, ¿porque me comporto así? ¿Porque me enoja esto? ¿Porque estoy preocupada todo el tiempo? 

Cuarto, dale espacio a tus necesidades. Tienes que hacer espacio en tu vida para ti misma y lo que te gusta hacer. Por lo que tienes que aprender a comunicar tus necesidades y decir que no. 

Cuando practiques estos cuatro pasos, sentirás incomodidad y resistencia al cambio, pero eso significa que estás avanzando. Recuerda, la felicidad está afuera de la zona de confort.  

Prioriza tu felicidad, 

Kiriosa.