Te ha pasado que cuando tú estás enojada tu pareja o amigos o familiares se enojan también para después ser un grupo de personas enojadas. O puede ser que tu pareja está enojada por algo que pasó en el trabajo y como que se te pega el enojo a ti también, solo para empezar una pelea entre ustedes.
Esto se puede solucionar muy fácil. Se llama diferenciación y límites saludables.
Empiezo con la diferenciación, tú eres tú y yo soy yo. Tus problemas son tuyos y mis problemas son míos. Nos podemos apoyar mutuamente pero cada quien es responsable de resolver sus propios problemas.
Si eres como yo, te enseñaron que preocuparse es una forma de demostrar que te importa algo. Así es como involucrarte en los problemas de los demás significa que la otra persona te importa. Pero involucrarse y apoyar es diferente. Nadie puede arreglar a otras personas, las personas tienen la responsabilidad de arreglarse solas.
Cuando te involucras en los problemas de alguien más no tienes límites saludables. No sabes hasta dónde llegan tus responsabilidades y las de otros. Eso es peligroso para tu salud mental y tu calidad de vida.
Los límites saludables suenas así:
- Entiendo que tuviste un mal día y quieres contarme, pero en este momento estoy ocupada en el trabajo. Puedo escucharte a las 7 de la noche.
- Somos amigos, pero no me puedes venir a buscar a mi casa a las 2 de la mañana borracho.
- Sé que estás enojado, pero no me puedes insultar.
Los límites son formas de comunicar tus necesidades de forma clara y con cortesía. En ocasiones no tenemos límites saludables y la gente se aprovecha de tu tiempo y energía, porque eres tú la responsable de decir un hasta aquí.
Debes poner límites saludables con tu familia, amigos, trabajo, pareja. Mientras delimites tus necesidades con claridad te ahorrarás conflictos y resentimientos.
Por tu felicidad radical,
Kiriosa.
